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Niveles de liderazgo, actitudes y comportamientos individuales, profesionales y organizacionales basados en valores

Xavier Gómez-Batiste,
Director de la Cátedra de Cuidados Paliativos
de la UVic-UCC
Catedrático de la Facultad de Medicina
de la UVIC-UCC

En función de los componentes, niveles y etapas, podemos distinguir tres tipos de liderazgo en valores: el personal, el profesional y trayectoria, y finalmente, el de los equipos y organizaciones, todos ellos aplicables a la práctica del liderazgo.

Valores en el liderazgo personal

En el nivel personal, los aspectos fundacionales del liderazgo nacen en el ámbito familiar, la educación, las experiencias sociales y de contexto, y las creencias. Se trata de valores como el humanismo, que se traducen en comportamientos de respeto, solidaridad, ayuda, tolerancia, escucha, empatía, honestidad, etc. Se pueden cultivar o construir en una especie de “epigenética” que resume las experiencias que han influido y modificado a la persona.

Evidentemente, nunca es perfecto, ni necesariamente completo, pero constituye una base esencial para promover comportamientos de excelencia. Quizás el comportamiento más paradigmáticamente “excelente” sería la compasión, y encontraríamos otros más “sociales” o “humanitarios” como la justicia, la equidad o la solidaridad, relacionados todos con el humanismo y la ayuda a los más vulnerables. El marco sociocultural también es relevante, donde valores como el humanismo pueden ser más o menos explícitos.

Valores en el liderazgo profesional

En el nivel profesional, los valores deberían presidir/explicar las elecciones profesionales, y aún con más motivo, las de los profesionales del ámbito de la salud y social. Y no es porque sean personas “mejores” sino por las características de su misión y objetivos en el lugar de trabajo, por los colectivos a los que dirigen su intervención, por el impacto social de su trabajo.

También es evidente que hay profesiones o especialidades más relacionadas con valores humanitarios. Por ejemplo, la enfermería se basa en valores humanistas y comportamientos cuidadores; la atención familiar y comunitaria, en los sociales; igual que la atención residencial, aún más si se dirige a la atención de personas mayores vulnerables o bien la atención paliativa o la atención paliativa de personas o colectivos de países en situación de vulnerabilidad.

Los comportamientos en la atención y cuidado directo de personas vulnerables pueden ser una excelente prueba del grado de solidez de los valores y de la excelencia en un profesional. En los comportamientos personales, hay que fijarse en la sintonía entre los valores expresados versus los practicados. Por ejemplo, con la virtud de la congruencia o coherencia, ya que no siempre los valores expresados verbalmente se aplican en la práctica. Otro peligro es el uso prepotente, predominante, sectario o poco respetuoso con quien no los exprese o practique.

Desde el punto de vista profesional, me parece especialmente interesante el concepto de trayectoria, o de la coherencia de los valores y comportamientos a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta obviamente que siempre se pueden cometer errores y que siempre hay aspectos de mejora. Los valores, la misión y los objetivos de la organización, junto con la gestión de personas y equipos, también influyen en el líder y su actuación, que, a menudo, es observada y valorada por sus comportamientos.

Valores en el liderazgo de las organizaciones

En cuanto a las organizaciones, equipos o servicios, es evidente que los valores deberían inspirar la misión, la visión y los objetivos corporativos y los comportamientos de las personas que forman parte de ellas. Es recomendable iniciar la construcción de un equipo o servicio con un consenso interno explícito sobre los valores, como principios que regirán las prácticas o comportamientos de la organización y que deben estar en consonancia con los propios. Por ejemplo, curar y cuidar, o calidad y calidez, son objetivos compatibles en una organización oncológica como el ICO, y que se pueden convertir en “eslóganes” definitorios de la entidad. Una vez más, estos principios y valores deben ser no solo explicitados, sino también practicados, siguiendo el criterio de congruencia descrito antes, y deberían aplicarse a todas las actividades de la organización. En el caso de los hospitales de cuidados paliativos, el principio rector es “You matter”, es decir, usted y sus necesidades nos interesan y presiden nuestros objetivos.

Cuando hablamos de los aspectos evolutivos o de trayectoria de los equipos u organizaciones, hay que recordar que, en todas las organizaciones, estos liderazgos, valores y comportamientos fundacionales de la “fase endorfínica” pueden ocultar intereses, valores y comportamientos individuales. Son intereses, valores y comportamientos que aflorarán más adelante, en las etapas descritas como de “performing” o “norming”, cuando sea necesario discutir sobre funciones, aplicar principios más realistas que los iniciales o adaptar la organización. También pueden aparecer cuando no se puede dar respuesta a algunas expectativas iniciales, especialmente aquellas que de manera fundacional y genérica proponen valores muy humanistas o solidarios muy diferenciados (un servicio de cuidados paliativos, una ONG de cooperación con África).

Como conclusiones, podemos subrayar que es necesario incorporar valores como los del humanismo, el respeto o la solidaridad como eje fundamental de los comportamientos individuales, profesionales y de las organizaciones para que presidan los diferentes objetivos y actividades. Aplicados al liderazgo, son también esenciales. Los equipos y las organizaciones deben construirse desde un consenso explícito sobre sus valores, un consenso que debe ser sólido, congruente y consistente en el tiempo.

 

Xavier Gómez-Batiste
Director de la Cátedra de Cuidados Paliativos de la UVic-UCC
Catedrático de la Facultad de Medicina de la UVIC-UCC

 

 

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"Liderar es crear realidades, es dar sentido a lo que hacemos"

Entrevista a Ester Garcia,
directora corporativa de Recursos Humanos
de Sumcab

Sumcab Specialcable Group es un grupo global que diseña, fabrica y suministra cables especiales y sistemas energéticos para robótica, garantizando la máxima calidad y fiabilidad. Acompaña a sus clientes desde la ingeniería del proyecto hasta su ejecución. Fundada en 1998, con sede central en Les Franqueses del Vallès (Barcelona), opera en más de 50 países y cuenta con centros productivos propios en todo el mundo. Es referente en la fabricación de cables de alto valor añadido. Responde a las necesidades de sectores industriales de alta exigencia como la industria de la automoción, los sistemas de producción automatizada y el transporte ferroviario, entre otros. También tiene una presencia creciente en grandes infraestructuras energéticas, incluyendo proyectos de energía eólica, solar y termoeléctrica, donde ofrece soluciones diseñadas a medida para garantizar rendimiento, seguridad y durabilidad en entornos críticos.

Hablamos de liderazgo y valores con su directora corporativa de Recursos Humanos, Ester Garcia Quilón.

 

Hablemos de Liderazgo. Estamos de acuerdo en que es imprescindible, pero ¿qué es para vosotros liderar? ¿Mandar? ¿Dirigir? ¿Hacer que los demás hagan lo que tú quieres? ¿Marcar hitos y objetivos? ¿Cómo entendéis en Sumcab el liderazgo?

Para nosotros, liderar es crear realidades, es dar sentido a lo que estamos haciendo. Podríamos decir que el liderazgo es la capacidad de influir sobre los demás para que lleven a cabo visiones, propósitos en los que creemos. En otras palabras, facilitar que las cosas sucedan. ¿Y cómo se consigue? Buscando la inspiración, hablando desde la visión y mostrando coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.

Liderar hoy no se trata de imponer, sino de construir juntos. El liderazgo lo debemos entender como una conversación que se nutre del equipo. No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo con sentido, con otros, abrir conversaciones y liderar desde el lugar que el mundo hoy necesita. Creemos en el potencial de las personas, en el deseo de disfrutar mientras trabajamos, en el poder de la colaboración, en el respeto, en la posibilidad de aprender del error y creemos en la posibilidad de generar negocio sin tener que renunciar a nada de lo anterior.

En definitiva, el liderazgo es la decisión de dar, donde la comunicación, la empatía, la integridad y la capacidad de decisión son los elementos clave. Cuando las personas perciben que la orientación de su líder es hacia ellas y que su objetivo es ayudarles a conseguir cosas, entonces se crea un espacio de confianza que permite llegar a donde se quiera como equipo.

¿Es necesario formarse para liderar? ¿Se aprende con la práctica? ¿Es una competencia innata? En ocasiones, ¿es necesario desaprender?

Sí, la formación es clave y es necesario formarse para liderar. Invertir en el desarrollo de las personas es esencial en el mundo actual. En Sumcab, la formación del líder comienza por el autoconocimiento; el líder debe conocerse muy bien a sí mismo para poder liderar con excelencia a su equipo. Debe entender sus pensamientos, sus emociones, sus motivaciones y también sus áreas de mejora. El primer paso es conocerse para luego aceptar lo que es bueno y lo que no lo es tanto; nadie es perfecto. Solo cuando dominas tu mundo interior puedes conquistar el exterior. Y para aprender, el primer requisito es la curiosidad. Solo una mente abierta y convencida de no saberlo todo puede recibir conocimiento. Cuestionarse a uno mismo sobre lo que cree que sabe y tener una actitud de aprendizaje a lo largo de toda la vida es el requisito indispensable para aprender.

A partir de aquí, el líder en Sumcab inicia su camino formativo. Un líder no debe tener todas las respuestas, pero sí debe saber hacer las preguntas correctas en el momento idóneo. Definir y adaptar el itinerario formativo del líder es fundamental y lo trabajamos con mucha intensidad y sensibilidad porque realmente es la manera de llegar de una manera pragmática al desarrollo de las personas. Formarse para hacer “preguntas poderosas” o para dar un feedback efectivo a un colaborador/a, o para hacer una escucha activa son algunos de los aspectos que más trabajamos.

¿Y los valores? ¿Qué papel tienen en el liderazgo?

Los valores son la base de la identidad organizativa y el principio fundamental de la estrategia de Sumcab, son la esencia. Por este motivo son tan importantes. Nuestros valores nos definen y los aterrizamos en comportamientos sobre nuestras relaciones con los demás. Si los valores son lo que mueve a las personas a actuar de una determinada manera, ¿cómo podría un líder que no conoce sus valores avanzar con coherencia con su equipo? Difícilmente podría hacer que los demás se movieran con determinación. Los valores son fundamentales en el liderazgo; cuando un líder lidera en base a sus valores, genera confianza, cohesiona y da sentido a lo que se hace.

Alguien puede pensar que poner el foco en los valores es más propio de empresas de servicios a las personas que de una compañía del sector industrial ¿Estás de acuerdo?

Sí, puedo entender que se pueda ver así, pero no estoy de acuerdo. Todas las compañías existen y son de una manera u otra gracias a las personas que forman parte de ellas. Sumcab es una compañía del sector industrial y es como es por las personas que han estado y que están, una compañía que mantiene muy vivos sus valores y su propósito. Para nosotros, poner el foco en los valores significa tener muy claro lo que guía las decisiones. Podríamos decir que son el alma de la cultura corporativa y el motor que impulsa el negocio. Desde la perspectiva de las personas, nuestros valores crean un entorno de trabajo coherente y ético, y desde la perspectiva del negocio, nuestros valores son la ventaja competitiva. Nos guían para tomar decisiones sostenibles, innovar con sentido y orientarnos al máximo al servicio al cliente.

¿Cómo se alinean los valores corporativos y los individuales de cada persona? ¿Los valores de la empresa se comunican a las personas cuando se incorporan? ¿Son un criterio de selección de personal?

Sí, los valores los tenemos presentes desde el inicio de la experiencia de la persona en Sumcab. En el proceso de selección se profundiza y se identifican los valores de la persona, quién es y qué motivaciones tiene. Los valores de la persona la definen e influyen de forma directa en cómo utilizará sus competencias, cómo trabajará. Nuestros valores son la disrupción, el compromiso y la proximidad. La disrupción para nosotros es romper con el estándar, ir más allá para llegar a nuestros clientes y dar las soluciones que necesitan. El compromiso, lo entendemos como el sentimiento que nos identifica con nuestro proyecto y la proximidad, como la capacidad de estar al lado, de entender, de dar seguridad y confianza.

Comunicamos y transmitimos los valores de Sumcab desde el inicio de la experiencia del colaborador/a y es un muy buen momento porque es el inicio de la relación y nos permite crear las bases y compartir. De hecho, cuando identificas tus propios valores con los de las personas que gestionas, puedes comprender realmente lo que motiva y orientar el liderazgo para desarrollar al equipo.

¿Qué os aporta trabajar desde los valores en la empresa? ¿Cómo lo valoran los clientes y los proveedores?

Trabajar desde los valores nos da coherencia, estabilidad y propósito. Nos ayuda a construir una empresa que no solo busca la excelencia técnica sino que también pone a las personas en el centro de todo lo que hacemos. Gracias a esto, se toman las decisiones con mayor claridad, actuamos con integridad y generamos confianza a largo plazo, tanto con el equipo como con nuestros clientes y proveedores. Para nosotros, crecer no significa alejarnos de nuestra esencia; Sumcab mantiene vivo su espíritu familiar, cercano y comprometido, incluso en un entorno global. Apostar por los valores crea un clima donde las personas trabajan motivadas, la innovación surge de manera natural y la colaboración se convierte en un motor real de crecimiento.

Nuestros clientes valoran mucho esta forma de ser. Nos ven como un socio que se implica de verdad, que escucha, que entiende las necesidades y que cumple sus compromisos. Más que un proveedor, nos consideran un compañero de viaje. Los partners también reconocen este enfoque. Saben que tratamos las relaciones con seriedad, respeto y visión a largo plazo. Y esto genera un vínculo sólido basado en la confianza mutua. En definitiva, trabajar desde los valores no solo da sentido a nuestro día a día, sino que también nos diferencia en un mercado cada vez más exigente y nos posiciona como una empresa humana, fiable y cercana.

¿En qué aspectos os ha ayudado la Cátedra de Liderazgo en Valores a implantar el liderazgo en valores en la empresa?

La Cátedra de Liderazgo en Valores nos ha ofrecido la oportunidad de reflexionar sobre nuestro liderazgo y observar nuestros aspectos clave. Nos ha hecho aprender de nosotros mismos, a cuestionarnos, a profundizar en nuestro conocimiento como organización. Este trabajo ha generado un marco de intercambio con un lenguaje común. Estamos en proceso de cambio y nos encontramos en un mundo que cambia rápidamente donde tener las herramientas y recursos necesarios para trabajar las competencias y habilidades es clave.

"La formación del líder empieza por el autoconocimiento"

"Cuando un líder lidera en base a sus valores, genera confianza, cohesiona y da sentido a lo se que hace

"Trabajar desde los valores nos da coherencia, estabilidad y propósito"

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Valentí Martínez recomienda...

Valentí Martínez,
director académico

de la Cátedra de Liderazgo en Valores
de la UVic-UCC

La Sociedad de la Nieve es una película de J.A. Bayona (2023) que narra la historia real de los supervivientes uruguayos de un accidente aéreo en los Andes. En medio de una situación extrema, emergen diferentes estilos de liderazgo: el transaccional, representado por Marcelo, que organiza la supervivencia; el emocional, con Gustavo, que brinda apoyo psicológico; y el inspirador, encarnado por Antonio, que mantiene viva la esperanza. También hay un liderazgo compartido, donde todos asumen roles según sus habilidades. La historia resalta valores como la solidaridad, la resiliencia y la cooperación, y nos enseña que el liderazgo no depende de una jerarquía, sino de la capacidad de adaptación y colaboración en momentos críticos.

Valentí Martínez Espinosa
Director académico
de la Cátedra de Liderazgo en Valores
de la UVic-UCC

Título: La sociedad de la nieve
Director: J. A. Bayona
Guion: Bernat Vilaplana
Duración: 144 minutos
Idioma original: castellano
Estreno: 15 de diciembre de 2023
Premios: Goya a la mejor película 2024
Nominaciones: Oscar a la mejor película de habla no inglesa (2024); candidata internacional a los Premios Oscar (2024)

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Lid-VA!

El juego de la Cátedra de Liderazgo en Valores

Una recomendación de:
CAE, formació i serveis socioculturals

Título del juego: LID-VA!

Edición: UManresa – Fundación Universitaria del Bages

Autores: Ferran Renalias y Nasi Muncunill (El CAE)

Coordinación con la Cátedra: Àngels Fusté y Carlota Riera

Ilustraciones / diseño / maquetación: Amelia Sales, Javier Roa, Pedro Soto

Breve presentación: LID-VA! es un juego de mesa impulsado por la Cátedra de Liderazgo en Valores de UManresa y desarrollado por el CAE.

Se trata de un juego cooperativo que sitúa a los jugadores como miembros del equipo de gestión de una ONG dedicada al desarrollo de proyectos humanitarios en todo el mundo. El juego va proponiendo diferentes misiones para las cuales será necesario formar equipos de personas, definidos por la combinación de sus requisitos personales y por su colocación en el tablero de juego. A partir de cartas de acción se pueden mover las cartas de personaje del tablero de juego hasta conseguir esta combinación.

El juego permite ser jugado sin ninguna otra intención que jugar por jugar, pero la Cátedra de Liderazgo en Valores ha elaborado una serie de materiales y propuestas pedagógicas -disponibles en la web- que permiten incorporar un trabajo de reflexión en torno a los valores y el liderazgo.

Edades recomendadas: A partir de 10 años

Participantes: 2-4 jugadores/as

Duración partida: 30 minutos

Componentes

  • 20 cartas de personajes (para cada persona se definen las siguientes características: género, edad, idioma, área geográfica de origen y competencias personales). Tienen 2 caras: una con los bordes grises y la otra, con los bordes blancos, en la cual el personaje ha mejorado una habilidad (idioma o competencias personales).
  • 27 cartas de requisitos (21 de nivel 1, 3 de nivel 2 y 3 de nivel 3). En una cara se definen uno o dos requisitos personales que deben cumplir todas las personas del equipo y en la otra cuál debe ser su colocación en el tablero de juego (misma fila, columna o diagonal, proximidad…).
  • 32 cartas de acción. Definen qué movimientos se pueden hacer con las cartas del tablero de juego (intercambiar cartas, mejorar competencias, sustituir personas…).
  • 1 carta de orientación.
  • Reglas.

 

Funcionamiento

Objetivo del juego: Trabajar de forma cooperativa para configurar los equipos que permitan completar el máximo número de misiones. Cuantas más misiones se logren completar conjuntamente, mejor será la puntuación final.

Preparación de la partida: Se crea un tablero de juego formado por una cuadrícula de 4×4 con las cartas de personaje. Las cartas sobrantes quedan al lado formando un mazo de sustitución. La carta de orientación se coloca en el extremo superior de la cuadrícula.

Se barajan las cartas de acción y se reparten tres a cada persona, ocultas, que no se podrán enseñar al resto de personas en ningún momento de la partida. Las cartas restantes se colocan boca abajo, formando el mazo de cartas de acción.

Se barajan las cartas de requisitos (en las primeras partidas recomendamos utilizar solo las de nivel 1) y se forman 3 mazos que se colocan a la derecha de la cuadrícula, con la cara de requisitos de colocación visible. Se da la vuelta a las cartas superiores, colocándolas al lado del mazo correspondiente con la cara de requisitos personales visible. Se han definido las tres primeras misiones de la partida.

Los turnos: Cada turno consta de tres pasos:

a) Jugar una carta de acción. El jugador elige una de las cartas de acción de su mano y la coloca sobre la mesa con la misma orientación que marca la carta de orientación. Se resuelve el efecto de la carta de acción (intercambiar cartas, mejorar competencias, sustituir personas…). La carta jugada se descarta.

b) Completar misiones. Se logra una misión cuando se cumplen simultáneamente los requisitos personales y de colocación. Quien completa una misión o detecta que ya hay una completada en la cuadrícula, toma la carta de requisitos personales y la guarda frente a sí hasta el final de la partida.

A continuación, se toma la nueva carta de requisitos de colocación que acaba de aparecer, se le da la vuelta y se deja al lado del mazo, con la cara de requisitos personales visible. Acabamos de configurar una nueva misión, junto con la nueva carta de requisitos de colocación que ha quedado visible.

c) Tomar una carta de acción del mazo. Después de jugar, se toma una carta de acción del mazo para volver a tener 3 en la mano.

Final de partida y puntuación: La partida termina cuando se completan todas las misiones o nadie tiene cartas de acción en la mano para jugar. Se cuentan las cartas de misión que se han conseguido entre todos los jugadores. Hay una tabla que establece una calificación del grupo en función del número de misiones logradas.

Comunicación: Lid-VA! es un juego cooperativo que requiere que todos pongan en juego sus habilidades. Durante la partida se permite hablar, analizar conjuntamente la posición de las cartas de personajes sobre la cuadrícula de juego, la viabilidad o la priorización de las misiones a resolver, el interés de hacer algún movimiento concreto, etc. Pero nadie puede enseñar ni decir qué cartas de acción tiene en la mano, si puede o no hacer alguna acción concreta ni adelantar la acción que tiene previsto ejecutar.

Trabajar a partir del juego

LID-VA! es un juego creado conjuntamente entre la Cátedra de Liderazgo con Valores de la UVic-UCC y el CAE. El juego responde a un doble enfoque. Por un lado, quiere ser un juego de mesa atractivo, con una mecánica que favorezca pasar un buen rato jugando, sin otro objetivo que el de jugar. Por otro lado, sin embargo, hay que situar el juego en la esfera de la Cátedra de Liderazgo con Valores y, por lo tanto, permite incorporar propuestas de trabajo en torno al liderazgo, los valores y el trabajo en equipo.

En este sentido, se han elaborado diferentes materiales y propuestas didácticas con esta finalidad. Destacamos:

  • 4 guías para la observación y la reflexión. Que permiten introducir una reflexión de cómo se ha jugado, ya sea individualmente, en grupo o a través de observadores externos. Las guías son:
    • El juego hace aflorar valores
    • El juego necesita liderazgo(s)
    • Yo soy parte del juego
    • Todos somos parte del grupo
  • 2 posibles variaciones del juego.
    • Cambiando las condiciones de comunicación entre los jugadores: eliminando cualquier tipo de comunicación o permitiendo la comunicación total hasta el punto de poder enseñar las cartas de acción entre los jugadores.
    • Cambiando el planteamiento cooperativo del juego y transformándolo en competitivo haciendo que gane el jugador que consigue completar más misiones.

Todos estos materiales se pueden encontrar en la web de la Cátedra: https://www.lidva.org/joc/

 

Más información y dónde conseguirlo

https://www.lidva.org/joc/
https://botiga.umanresa.cat/index.php

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La mirada de Manel Fontdevila

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